martes, 30 de julio de 2019

Fraude Estructural


El Fraude es definido, según el Diccionario del Español Jurídico, como la acción contraria a la verdad y a la rectitud que perjudica a la persona contra quien se comete. Además de esto señala que, en determinadas circunstancias puede ser constitutiva de delito. Ahora bien, es importante hacer notar también la diferencia entre un fraude electorar y un fraude estructural.


Diferenciando los fraudes

La diferencia entre ambos tipos de fraudes radica en el tiempo en que se lleva a cabo, aunque a la larga el resultado sigue siendo el mismo. De allí que el nombre de “Fraude” siga estando presente y lo único que cambia es el apellido. Un fraude electoral se comete el día de la elección.

Si bien es cierto que de todos es sabido la existencia de muchos errores en el proceso llevado a cabo por el Tribunal Supremo Electoral para obtener los resultados del sufragio emitido por los guatemaltecos, ninguno de esos errores fue determinante para el cambio en los resultados generales. Dos o tres bacandas pudieran ver modificados el número de diputados reales y, así mismo, 5 o 6 municipios de 340 podrían tener un alcalde diferente al nombrado inicialmente.

Fraude Estructural 

El fraude electoral no es de un momento, es el resultado de un proceso de corrupción en el que las confabulaciones entre diferentes miembros ligados a también diferentes esferas de poder orientan sus esfuerzos para hacer de un proceso electoral una plataforma al servicio de sus propios intereses.

Poder ejecutivo, legislativo sumados a cortes y el mismo Tribunal Supremo Electoral violentaron un proceso en el que se pudo observar en las papeletas de elección el nombre y rostros de personas con acusaciones ante la justicia y, para seguirla machacando, resultaron electos.  ¿Una burla a la justicia?  Definitivamente.



Dionisio Gutiérrez: Fraude Estructural





Democracia Comprometida


Este fenómeno en definitiva viene a hacer más débil la ya imperfecta democracia en la que vivimos.  La suma de todos estos hechos no hace otra cosa sino resquebrajar la confianza del guatemalteco que toma la decisión de alejarse de las urnas sin darse cuenta que con ello fortalece y alimenta más lo que esta rosca de poder ha venido fraguando: un fraude estructural. 

En una pasada entrevista realizada a Edmond Mulet, ex candidato a la presidencia en este proceso 2019 por el partido Humanista y, dicho sea de paso, tercer lugar en el registro total de votos, hacia ver justamente como este Fraude Estructural no es otra cosa sino un “Fraude Continuado” resultado de una continuidad de, no solo malas prácticas, sino delitos que no fueron perseguidos y mucho menos castigados.
La falta de credibilidad en las instituciones preocupa.  Preocupa y mucho, pues se siguen cerrando las opciones de confianza en que los guatemaltecos puedan apoyarse de cara al futuro no solo político sino social.  Tal pareciera una partida de ajedrez donde uno de los participantes cuenta que la opción de ingresar más piezas a lo descarado con el único fin de ganar. 

Guatemala está en crisis política por los políticos que han enturbiado el proceso democrático y, si bien el panorama pudiera pintarse gris de cara al futuro, también es necesario recordar que existe la obligación de apegarnos a un estado de derecho en el que el cumplimiento de las leyes prevalezca y estar atentos a lo que estas instituciones sigan haciendo pues, mientras el fraude estructural siga estando presente no estaremos quedando sin país.