El Fraude es
definido, según el Diccionario del
Español Jurídico, como la acción contraria a la verdad y a la rectitud que
perjudica a la persona contra quien se comete. Además de esto señala que, en
determinadas circunstancias puede ser constitutiva de delito. Ahora bien, es
importante hacer notar también la diferencia entre un fraude electorar y un
fraude estructural.
Diferenciando los fraudes
La diferencia
entre ambos tipos de fraudes radica en el tiempo en que se lleva a cabo, aunque
a la larga el resultado sigue siendo el mismo. De allí que el nombre de “Fraude”
siga estando presente y lo único que cambia es el apellido. Un fraude electoral
se comete el día de la elección.
Si bien es cierto
que de todos es sabido la existencia de muchos errores en el proceso llevado a
cabo por el Tribunal Supremo Electoral para obtener los resultados del sufragio
emitido por los guatemaltecos, ninguno de esos errores fue determinante para el
cambio en los resultados generales. Dos o tres bacandas pudieran ver
modificados el número de diputados reales y, así mismo, 5 o 6 municipios de 340
podrían tener un alcalde diferente al nombrado inicialmente.
Fraude Estructural
El fraude electoral
no es de un momento, es el resultado de un proceso de corrupción en el que las
confabulaciones entre diferentes miembros ligados a también diferentes esferas
de poder orientan sus esfuerzos para hacer de un proceso electoral una plataforma
al servicio de sus propios intereses.
Dionisio Gutiérrez: Fraude Estructural
Democracia Comprometida
Este fenómeno en
definitiva viene a hacer más débil la ya imperfecta democracia en la que
vivimos. La suma de todos estos hechos
no hace otra cosa sino resquebrajar la confianza del guatemalteco que toma la decisión
de alejarse de las urnas sin darse cuenta que con ello fortalece y alimenta más
lo que esta rosca de poder ha venido fraguando: un fraude estructural.
En una pasada entrevista realizada a Edmond
Mulet, ex candidato a la presidencia en este proceso 2019 por el partido Humanista
y, dicho sea de paso, tercer lugar en el registro total de votos, hacia ver
justamente como este Fraude Estructural no es otra cosa sino un “Fraude
Continuado” resultado de una continuidad de, no solo malas prácticas, sino delitos
que no fueron perseguidos y mucho menos castigados.
La falta de
credibilidad en las instituciones preocupa.
Preocupa y mucho, pues se siguen cerrando las opciones de confianza en
que los guatemaltecos puedan apoyarse de cara al futuro no solo político sino
social. Tal pareciera una partida de
ajedrez donde uno de los participantes cuenta que la opción de ingresar más
piezas a lo descarado con el único fin de ganar.