A menudo escuchamos decir que los empresarios no pagan impuestos en Guatemala y que por eso el Estado no tiene recursos suficientes para cubrir los gastos esenciales en educación, sanidad, infraestructura y otros servicios básicos.
Sin embargo, ¿qué tan exacta es esa afirmación? Para responder la pregunta, hace falta que echemos la vista a ciertos datos. En primer lugar, la tasa de impuesto sobre ganancias que pagan las empresas en Guatemala es del 25%, comparable a la de países como Italia, Canadá o Países Bajos.
Alguien podría decir “claro, pero, aunque las tasas que deben pagar son altas, las empresas se las ingenian para evadirlos”. Pero para esto debemos echar un vistazo a un segundo dato: si dividimos los impuestos que pagan las empresas dentro del Producto Interno Bruto, esto es, lo que produce un país, veremos que para el caso de Guatemala esta cifra sería el 3.5%. Es decir, es un dato mayor que el de Corea del Sur (3.4%), Israel (3.4%) o Bélgica (3.1%).
¿Cómo es esto posible? Pues es muy simple. En realidad en los países ricos, buena parte de los ingresos que los gobiernos obtienen del cobro de impuestos son los que cobran por la seguridad social de los trabajadores y también por los impuestos a las ganancias de las personas individuales. En el caso de Guatemala, los trabajadores apenas contribuyen al grueso de recaudación del ISR.
Entonces, ¿paga impuestos Dionisio Gutiérrez? Naturalmente, aunque para ser más precisos, seguramente las empresas de las que Gutiérrez es accionista pagan su cuota de impuesto sobre la renta y, además, cuando él cobra sus dividendos, vuelve a pagar un 25% de impuesto sobre la renta.
