lunes, 30 de septiembre de 2019

Oportunidades Democráticas para Centroamérica en el 2020

Si bien el proceso democrático en los países centroamericanos es un denominador común, es necesario reconocer que la historia está marcada por dictaduras que han desgastado a los pueblos y que, aún en medio de dicho proceso, podemos señalar con claridad dictaduras de facto disfrazadas de democracia.

Gobiernos corruptos, serviles y mercantilistas al mejor postor de sus voluntades ha empañado una democracia que cada vez se pinta de debilidad y que genera más dudas que seguridades en la población.  Éxodos masivos en la búsqueda de mejores oportunidades en la creencia de alcanzar el “sueño americano” que frecuentemente suele convertirse en la mayor pesadilla vivida, hace que la credibilidad en la democracia siga siendo frágil.

Los hechos hablan por sí solos.  Candidatos a puestos de gobierno y gobernantes retirados son parte del listado de privados de libertad que se encuentran ya en diferentes cárceles tanto en sus propios países y algunos capturados en otros países por haber cometido delitos de carácter internacional.

El Salvador, con un gobernante millenial que ha hecho de las redes sociales su centro de operación y de exposición de sus decisiones y opiniones figura como una nueva forma de hacer política y ejercer democracia. Guatemala, a la espera del 14 de enero de 2020 para que el nuevo gobernante asuma el cargo, transita los últimos meses de este nefasto y corrupto gobierno con temor de la toma de decisiones abruptas que sigan trayendo zozobra al país.

He dicho en repetidas ocasiones que el problema de nuestros países está en la política, pero así mismo considero que la solución está en la política misma.  La política no es el problema, la dificultad está en aquellos que la han venido ensuciando y logrando con ello alejar a personas con integridad que hagan de la política un instrumento de desarrollo.  Las oportunidades de cara al 2020 son grandes ¿por qué lo creo? Porque los problemas son igualmente grandes.  Se requiere más allá de optimismo y buena voluntad, pero se necesita que con buena voluntad y optimismo se puedan ejecutar acciones que provoquen el cambio que esperamos todos los guatemaltecos.

Es indispensable lograr que la libertad, la democraciay el Estado de Derecho prevalezcan en una sociedad que necesita ver la luz en medio de la obscuridad provocada por la corrupción, los intereses individuales y la captura del estado en que hemos estado inmersos en los últimos años.