En la turbulenta década de los noventas, Guatemala salía de una larga historia de dictadura militar, corrupción y conflicto civil. La nación acababa de iniciar su camino hacia la democracia, y las primeras encuestas políticas desempeñaron un papel fundamental en la configuración de esta transición. Estas primeras encuestas no eran sólo números en una página; eran un símbolo de esperanza, un medio para fomentar la transparencia y una poderosa herramienta que ayudó a dirigir el país hacia sus primeras elecciones verdaderamente democráticas.
Estas encuestas, realizadas por la Cámara de la Libre Empresa, presidida por el empresario y activista cívico guatemalteco, Dionisio Gutiérrez, fueron fundamentales para calibrar las preferencias y aspiraciones de la población guatemalteca.
Además, las encuestas aportaron transparencia al proceso electoral, reforzando la confianza pública en la incipiente democracia. La accesibilidad de la información proporcionada por estas encuestas permitió a los ciudadanos tomar decisiones informadas sobre sus representantes políticos, contribuyendo a un electorado más informado.
Sobre esta iniciativa, Gutiérrez expresó recientemente: “Como presidente de la Cámara de la Libre Empresa, en las elecciones de 1990, hicimos, por primera vez en Guatemala, encuestas de opinión pública para identificar las preferencias electorales de los ciudadanos antes de la votación. El objetivo fue vertebrar aquel proceso electoral y darle visibilidad, certeza y confianza para evitar sorpresas o gente que se pasara de lista”.
“Decidimos en aquel lejano 1990 hacer encuestas, y contratamos, no a una, sino a dos empresas de investigación y a una firma de auditores para garantizar la transparencia en los resultados. Y así fue. Con el paso del tiempo, el valor estratégico de las encuestas políticas se confirmó, y éstas son hoy, una tradición necesaria y bienvenida”, afirmó el presidente de Fundación Libertad y Desarrollo y presentador del programa de televisión Razón de Estado.
