viernes, 27 de diciembre de 2019

Esto Esperamos del Nuevo Gobierno


Las fiestas de fin de año están por concluir y los guatemaltecos no tendremos tiempo para ver como de manera apresurada llegará el 14 de enero en el que el cambio de gobierno se presente.  Lamentrablemente la expectativa generalizada que se tiene es baja, de manera consciente el pueblo no espera mucho, aunque en el subcosciente permanece la esperanza que por fin se pueda hacer algo a favor de mejorar este país. 

Desde hace muchos años, a la corrupción y la in­competencia de los políticos se sumaron la indiferencia, el egoísmo y muchas veces la arrogancia de las élites; y esto ha provocado una fatiga democrática in­ controlable y el quebrantamiento del contrato social que tuvimos hasta hoy. Así nacen las dictaduras.

Mientras la economía se derrumba y las expectativas de mejora parecen ser nulas, la forma de hacer política no está a la altura de las circunstancias lo cual genera un desgaste social que mantiene al pueblo en una incertidumbre en cuanto al futuro que le espera.  Las oportunidades de empleo, la apertura a nuevas inversiones, la creación de espacios para el desarrollo y encontrar opciones de mejora parecen esfumarse en promesas vacías que durante cada uno de los gobiernos anteriores se han ido recibiendo, algunas incluso con un nivel de cinismo y descaro terrible.

Lo triste y grave de esta situación es que Guatemala no es la única nación en Latinoamérica que está en este estado de abandono y secuestro de la corrupción.  En Venezuela se acabaron las palabras para describir su tragedia. El retorno del populismo en Argentina, las crisis de Ecuador y Perú; Bolivia viviendo una compleja transición, la amenaza narcoterrorista-chavista en Colombia, la creciente desconfianza en México, un gobierno con pro­pensión autoritaria en Brasil y  la mitad de Centroamérica bajo riesgo de convertirse en narco Estados hacen de América Latina un continente al que se debe poner atención. 

Es en estos momentos donde la insatisfacción por la democracia vivida debe surgir.  Pero no una insatisfacción por capricho o simple reproche, sino por la búsqueda de una vivencia correcta de esta filosofía que permita el progreso de la sociedad.  Fiscalizar a los gobernantes, obligarlos a cumplir sus funciones y que rindan cuentas sobres sus acciones se hace indispensable. 

¿Qué esperamos del nuevo gobierno? Que la democracia liberal y los valores de la libertad, la justicia y el Estado de Derecho sean el camino al bienestar y la prosperidad de los pueblos.  Esperamos que los cimientos de sus decisiones sean los valores que enriquecen a los pueblos, los principios que hacen funcionar las cosas de la manera correcta y que el rechazo a toda forma de anomalía se un común denominador en todas las esferas del mismo.

¿Qué esperamos del nuevo gobierno? Que se ponga a trabajar en favor del pueblo desde el primer día.  Que una vez terminado el acto protocolario sus pasos se dirijan a los lugares donde las cosas deben suceder a favor del pueblo y dejen sus intereses particulares en la basura para que puedan tomar decisiones de manera justa y sensata a favor de todos aquellos para los cuales deben de gobernar.