El empresario y comunicador guatemalteco expresó en su programa semanal Razón de Estado, el impacto de la llamada segunda ola de la pandemia del Covid-19 en Guatemala.
Indició los retos y adversidades que representan para humanidad esta pandemia, y especialmente para los guatemaltecos, con todas las disfuncionalidades que arrastramos desde hace décadas: “Para los habitantes de esta tierra que estamos viviendo estos tiempos, a pesar de los capítulos difíciles de nuestra historia, sin duda, ésta es la crisis más severa y dolorosa de nuestra vida. Al virus, a nuestro subdesarrollo político, a la pobreza y a la debilidad estructural del Estado guatemalteco se sumaron más hambre, mas desnutrición y la pérdida de oportunidades, que ya eran escasas antes de la pandemia”.
Refirió que estas dificultades serán una prueba de nuestra resiliencia y templanza: “Una pandemia es una prueba de gobernanza, no la que intentan, o no, los gobiernos sin recursos humanos y financieros suficientes; una pandemia es una prueba de gobernanza personal. El sentido de responsabilidad individual y sacrificio por los demás, virtudes como el valor y la disciplina con que actuamos para cuidarnos unos a otros, la solidaridad, el equilibrio perfecto para preservar la economía, fuente de sobrevivencia, son la ecuación indispensable para llegar al otro lado de este valle de lágrimas con la mayor cantidad de vidas salvadas y los ánimos fuertes para seguir luchando”.
Finalmente, comentó que la respuesta sigue y seguirá siendo “mascarilla, distancia y libertad”. Sin la responsabilidad individual de los ciudadanos por cuidarse a sí mismos y a los demás, no podremos controlar los contagios; al menos hasta que finalmente llegue la esperada vacuna.
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